domingo, 7 de abril de 2013

La cartilla moral


“La escuela primaria no puede satisfacer las necesidades espirituales de ningún hombre actual. Para colmar este anhelo de mayor cultura, los privilegiados de la sociedad cuentan con escuelas superiores y profesionales. Mas los no privilegiados, que forman el pueblo, como tienen que atender de preferencia al diario sustento, no van a la escuela. Si el pueblo no puede ir a la escuela, la escuela debe ir al pueblo. Esto es la Universidad Popular: la escuela que ha abierto sus puertas y derramado por las calles a sus profesores para que vayan a buscar al pueblo en sus talleres y en sus centros de agrupación. 

 [...] Asidos de la mano, así nos quiere la República, y, sobre todo, asociados en las cosas de la inteligencia. La democracia, de que tanto se habla, no viene, efectivamente, de la clava de Hércules, sino de la cabeza de Atenea; la democracia se alcanza enseñando y aprendiendo, porque la libertad política, como todas las libertades, baja del espíritu...” 
Alfonso Reyes, 1913.

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