jueves, 30 de enero de 2014

Definición de Objetivos de Aprendizaje

Las instituciones de educación superior enfrentan, a diferencia de la educación básica, un problema de raíz con relación a su planta docente. En tanto los profesores del nivel básico tuvieron que realizar, durante cuatro o cinco años, estudios en las escuelas normales que los formaran como profesores, en el nivel superior se reclutan continuamente, como docentes, a pasantes o egresados de diversas licenciaturas: ingenieros, médicos, sociólogos, químicos, antropólogos, biólogos, comunicólogos, administradores, etc., sin ninguna formación específica para la docencia.

En efecto, más del 90 por ciento de los profesores de las instituciones de educación superior son profesionistas egresados de alguna licenciatura o carrera técnica, que nunca realizaron estudios especiales que los capacitaran para ejercer la docencia, es decir, que los formaran como profesores.

Esta situación típica tiene su origen en el convencimiento tácito de que para poder enseñar leyes, es necesario ser licenciado en derecho; para enseñar cálculo de materiales, hay que ser ingeniero civil, etc. Es decir, que lo que se necesita para ejercer la docencia es ser experto en el área o materia que se va a impartir. Sin embargo, la experiencia misma nos ha enseñado que, sin negar la verdad de esta afirmación, debemos considerarla como relativa. El ser experto en el área o materia que se imparte es, evidentemente, una condición necesaria para ser buen profesor, pero de ninguna manera es una condición suficiente. El dominio de la materia, aunque necesario, no certifica por sí mismo que uno la pueda enseñar eficaz y adecuadamente. Esta verdad la expresan muy acertadamente los estudiantes cuando afirman de un profesor que "sabe mucho, pero no sabe cómo enseñar".